Viernes, 04 de Noviembre de 2016
LA GULATECA | Publicado en 20 minutos
Hay muchos y buenos motivos para escaparse a Galicia, y muchas posibles rutas para recorrerla. Pero la propuesta que nos hace Mariano Fisac es irresistible: un viaje por los mejores vinos de esta tierra. Gallego afincado en Madrid, experto en vinos y responsable de esa guía maravillosa que cada año nos dice cuáles son los mejores vinos a precio de ganga del mercado, en su libro Galicia entre copas recorre las bodegas más interesantes del momento para recordarnos que hay vida más allá de los populares Ribeiro y Albariño.
Y es que, de hecho, en los últimos años Galicia se ha afianzado como una de las regiones vitivinícolas que más está dando que hablar en el panorama enológico del país. Por eso le hemos pedido que seleccione 10 vinos que permitan hacerse una idea de este potencial. Una selección de botellas que muestra hacia dónde evolucionan los productores, procedentes de distintas zonas, con diferentes maneras de trabajar, pero con un elemento común de artesanía y autenticidad.
Xabi Pradio ha sido el primero en Galicia en hacer un vino rosado (mi debilidad) y tomárselo en serio, haciendo una delicia elegante y voluminosa, fundamentalmente elaborada a base de uva mencía, que huele y sabe a granada y lavanda, así como al increíble entorno natural que rodea la bodega.
Sus posibilidades son enormes ante cualquier plato, especialmente los de pasta, y lo incluiría sin dudar entre los “vinos para ligar” que de vez en cuando destaco en mi blog para hablar de botellas que, como la de Pradio Rosé, pueden decantar la balanza a favor de quien quiera conquistar a través de la nariz y el estómago. Un rosado diferente, sensual y nada comercial.
2. Fulcro 2015
El pequeño proyecto de la familia Moldes en el Valle del Salnés ha alcanzado su madurez desde que un buen día, hace poco más de un lustro, se decidieran a elaborar y comercializar más allá del pequeño mercado local.
Sus vinos mantienen la línea salvaje y descarada que les hizo destacar en su día, pero también se han afinado y definido, especialmente Fulcro, su buque insignia, un albariño con casi un año de crianza en barrica, intenso y grandioso, que recuerda a los grandes blancos de borgoña con la tipicidad salina del albariño de Rías Baixas.
Un albariño con crianza en barrica, descarado, salino y feroz, pero con la finura de los grandes blancos de borgoña.
3. Besos de Judas
Serafín Vázquez es la persona al frente del terreno en Viña Mein, una de las precursoras del resurgimiento en Ribeiro. Además, desarrolla sus inquietudes personales alquilando y controlando algunas fincas con las que hace dos vinos de tendencia claramente ochentera.
El blanco La chica de ayer (Sí, la de los Nacha), y el tinto Besos de Judas. Un vino que, como el tema de Sabina, es divertido, fresco e irreverente. Un tinto ochentero y sin complejos que da entrada a los tintos de Ribeiro con largos tragos de fruta fresca.
4. Con As Brancas
Fedellos do Couto son sin duda los chicos de moda en Ribeira Sacra. Con sus vinos frescos, intensos y tremendamente expresivos han conquistado el mercado internacional mientras aquí empezábamos a conocerles. Aunque son sus tintos de parcela los que les han puesto en el punto de mira, con la uva blanca de sus parcelas, que no va a parar a los tintos, hacen un excepcional blanco con crianza en barrica, fruto de la mezcla de variedades en la que la doña blanca es la voz cantante. Resulta un vino especialmente fresco, descarado y con mucho tiempo por delante.
Un grandioso blanco de Ribeira Sacra para estar a la última y dejar boquiabierto al cuñado más recalcitrante.
5. Ceibo 2015
Desde que Xurxo Alba ganó el ranking de los 10 mejores vinos por menos de 10 euros en 2012 con su excelso Albamar, es raro el año que no saca un vino nuevo. En la pasada edición de 2015 se fue hasta Valdeorras para elaborar por primera vez un godello. Se llama Ceibo y es uno de los vinos más enigmáticos con los que he topado.
Cuando descorché la botella, el vino estaba absolutamente cerrado (Sí, los vinos, como las personas, pueden estar cerrados y no querer darse a conocer). No fue hasta el tercer día desde su apertura en que empezó a mostrarse con aromas de hinojo y albahaca y una boca redonda y sensacional. Si se hacen con una botella, hay que darle tiempo.
Los vinos a veces son tímidos (como las personas), este lo es tanto que desde que se descorcha tarda tres días en mostrarse, pero la espera vale la pena.
Elaborado por uno de los mejores viticultores de España, José Luis Mateo, en un 2014 desastroso para la viña. En lugar de embotellar sus grandes vinos, decidió juntarlos todos en una elaboración más humilde, pero que encierra la esencia de cada una de aquellas cuvee.
Una delicia, y una oportunidad de probar el trabajo de este genio a un precio de risa. También elabora un blanco igualmente fantástico. Posiblemente, el mejor y más honesto tinto que puede encontrarse hoy en su precio en España.
7. Gorgola
Aunque el potencial de Rías Baixas reúne todas las características para elaborar un buen espumoso que no tenga nada que envidiar a la Champaña, hasta el momento, quizás por la prisa, ninguno había destacado hasta ahora. Cabana das Bolboretas, asesorado por un maestro de Champagne, elabora un albariño espumoso de larga crianza, elegante, fino y perfecto para unas ostras.
También lo incluiría en aquella fantástica sección de ‘Vinos para ligar con escaso margen de fracaso’. Sáquenlo a ciegas, mejor en el aperitivo que en el postre, luego desvelen a sus cuñados que son burbujas de albariño de Rías Baixas. Y no se pierdan sus caras.
8. Alicerce
Un vino procedente de Betanzos, la zona de elaboración más al norte de Galicia, que sirve de muestra sobre el excelente potencial de unos viñedos que casi se habían perdido en el tiempo, y que un puñado de jóvenes con inquietudes quieren recuperar, en torno a la uva Branco Lexítimo, y en menor medida la Agudelo.
Vinos blancos intensos, minerales, afilados, que hablan de neblina, de maduraciones lentas, de tardes de otoño, y que son un festín acompañando a unas castañas asadas. Un blanco recio y austero, con gran potencial de envejecimiento que procede del extremo norte de Galicia. Seguramente cercano a los vinos que se beben en Invernalia.
En torno a las laderas del Sil (Ribeira Sacra) se reúnen algunos de los más impresionantes viñedos de Europa. He visitado muchos de ellos y ninguno me sobrecogió tanto como el de la Finca Lobeiras que trabajan en Sílice Viticultores, por su verticalidad, sus escarpadas pendientes y por sus cepas clavadas en la roca.
Decidieron, con buen criterio, elaborar esta finca por separado, y el resultado, de apenas unas 400 botellas, es capaz, como la finca, de encoger el corazón con su exuberante fruta roja y su gran mineralidad. Un tinto extremo de un lugar extremo, tan vertical y sobrecogedor como la parcela de la que procede. No se pierdan las fotos que destacamos en Galicia entre Copas.
10. Hush
Sí el Rock and Roll fuera vino, sin duda su elaborador sería Xosé Lois Sebio, un tipo directo, contundente y sin pelos en la lengua, al igual que sus vinos. Muestra la cara más desafiante y agresiva de los tintos de Ribeiro, que un día fueron grandes y que, con manos como las suyas, volverán a serlo.
Hush es su vino más punk, elaborado con las cepas más viejas de un montón de variedades en Gomariz, y que con su tensión y expresividad no deja indiferente a nadie. No es fácil de encontrar porque, entre otras cosas, fiel a su estilo, sólo se hace en buenas añadas. Un tinto intenso, sin concesiones, que muestra la cara más salvaje del Ribeiro. Puro Rock and Roll. Después, el silencio.
Y además…
Daterra Viticultores. Portela do Vento 2015. Se trata de la segunda generación de vinos de Laura Lorenzo, cuyo proyecto parte de continuar y recuperar viejos viñedos del valle del Bibei (Ribeira Sacra, aunque fuera de la DO). Un proyecto que, como ella, espíritu libre, tiene un alma hippie y ciertamente emocionante.
El vino, elaborado con mencía y algo de garnacha tintorera, es un tinto suave, refrescante, con un ligero y adictivo amargor que habla con claridad de su origen. Su presentación, muy Piratas del Caribe, guarda un secreto: las pistas de cosecha y elaboración que la falta de DO no permite indicar en la etiqueta aparecen plegadas con una goma a modo de cápsula en la parte superior de la botella.