María de la Encarnación Gertrudis Jacoba Aragoneses de Urquijo (Madrid, 1886-1952) fue hija única. Su madre, una aristócrata vasca, era viuda de un primer matrimonio cuando se casó con su padre, que era alabardero de Palacio.
Entre que la niña no gozaba de buena salud y que su madre no le dejaba relacionarse con los niños del barrio (que “no eran de su clase”), los primeros años de Elena Fortún fueron tan solitarios que fraguaron una gran sensibilidad en ella y despertaron su pasión por la lectura.
Soñadora y fantasiosa, a los dieciocho años pierde a su padre y no le queda más remedio que casarse, que era el medio de vida de las mujeres de la época. Pronto tiene dos hijos y comienza a anotar sus trastadas, juegos y ocurrencias en cuadernos escolares.
La afición de su marido a la escritura hace que el matimonio se relacione con la intelectualidad de la época, frecuenta tertulias y hace grandes amistades, como la tinerfeña Mercedes Hernández, cuya familia inspiraría los personajes de sus cuentos.
Tras fallecer uno de sus hijos, el matrimonio pasa dos años en Tenerife. A su regreso a Madrid, Encarnación comienza a escribir en diarios y revistas bajo el seudónimo de “Elena Fortún”. Sus relatos tuvieron tanto éxito que pronto comenzaron a publicarse los libros que recogían las peripecias de una traviesa protagonista, Celia.
Pero la Guerra Civil los lleva al exilio en Argentina, desde donde seguirá escribiendo y publicando hasta que, en 1948, regresa a España. Su marido se suicida en Buenos Aires y, tras una breve estancia en Nueva York, en la que puede comprobar el distanciamiento de su único hijo, se instala en Barcelona. Enferma y sola, regresa a Madrid, donde fallece el 8 de mayo de 1952, a los 66 años de edad.
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El último título de la colección de Literatura infantil y juvenil “Las amistades de Hércules” está dedicado a esta gran narradora, \”Elena Fortún2. La vida de la escritora madrileña se suma, pues, a los relatos que Hércules de Ediciones está dedicando a conocer un poco mejor a Álvaro Cunqueiro, Ana M.ª Matute, Gloria Fuertes…
Sin ánimo de ser pretenciosa, esta colección pretende acercar las biografías de grandes personajes a los más jóvenes, porque si bien es fácil encontrar abundante información acerca de su vida y su obra, lo realmente complicado es hacer de ellos personajes cercanos y darles vida para que lleguen realmente al lector.
Con una edición en gallego y otra en castellano, como es habitual en nuestra editorial, os dejamos los primeros párrafos de un libro que pone los sueños un poquito más cerca:
\”Un encuentro fortuito
Un buen día encontré, entre las estanterías de la Biblioteca del Monte Olimpo, un libro titulado Celia, lo que dice, de una escritora llamada Elena Fortún. Lo abrí y leí con curiosidad las primeras páginas:
Celia ha cumplido siete años. La edad de la razón. Así lo dicen las personas mayores… ¿Será por haber pasado de esa edad por lo que los mayores no comprenden las cosas más sencillas? ¡Y es inútil explicárselas! Sin embargo, Celia siente la necesidad de decirlo todo, y va a contar todos los menudos incidentes de su vida inquieta, que para los que tengan su edad serán claros y transparentes, y un poco absurdos para las personas mayores, tan intolerantes e injustas casi siempre. ¡Escuchad!\”.
